Vuelta al trabajo y vuelta al dilema de cada mañana, ¿qué me pongo para ir a trabajar? Tranquila, te comprendo mejor que nadie, entiendo hasta qué punto puede ser un quebradero de cabeza. Buscar un outfit para cada día de la semana, de lunes a viernes, y adaptar las tendencias, no siempre es fácil. Hay que buscar un equilibro entre el estilo personal, las tendencias de la temporada y el código de vestimenta de tu espacio de trabajo.
Aunque equilibrar esta balanza no parece fácil en un inicio, no es algo imposible. Antes de nada, asegúrate de tener un fondo de armario de “working girl”, con todo lo necesario para crear tus estilismos. Blazers, camisas, mocasines… Te aseguro que son prendas usarás a diario y facilitarán tus mañanas. Por no nombrar, que te servirán tanto para ir al trabajo como para una cena o un look más casual. Todo dependerá de cómo las combines.
En mi caso, hace poco decidí apostar por los jeans “flare” o acampanados. Una nueva prenda que, sin dudarlo, forma ya parte de mi día a día en la oficina. Son igual de elegantes que un pantalón palazzo y quedan incluso mejor que unos pitillos. Otro ejemplo de una de mis prendas favoritas, dada su versatilidad, son los tops lenceros en tonalidades neutras.
Para los pies, mi selección de zapatos para la oficina va desde tacones, pasando por los mocasines, hasta botines planos. Todos ellos, grandes aliados en mi día a día. Me acompañan desde las reuniones matutinas hasta el afterwork. El zapato estilo salón que llevo en las fotografías es de Graceland, un clásico imprescindible en el armario de cualquier mujer. Pese a su tacón de gran altura, os aseguro que son bastante cómodos. Ya que tienen dos tiras en el empeine que mejoran la sujeción del pie.
Y tú, ¿cuál es tu calzado perfecto para ir al trabajo?