De los dichos y refranes a canciones que inundan la ciudad. ¿La primavera la sangre altera o el Primavera Sound agita Barcelona? Sea como sea, un año más el centro de la ciudad se quedó desierto, Escandinavia se vino a la Ciudad Condal y Patti Smith inundó un festival que habló en femenino y con tacones. Porqué si. Belle And Sebastian lo dieron todo, pero las actuaciones de voz femenina fueron las que lo petaron.
15, son ya 15 años. Escenarios que crecen, palos selfies y sí, mucha música… Ver a Tori Amos, Torres y Sleater-Kinney era mi misión, pero como cantar no es lo mío, y eso que adoro el karaoke, aluciné tocando el piano del stand de Blisstopic (www.blisstopic.com). Sí, sí, un piano, pero ¡hecho con plátanos! El stand por antonomasia que hizo que ni pensara en comprarme camisetas y prefiriese reír con esas bananas y, cual película homónima de Woody Allen, reivindicase el desmadre. Pero bueno, no quiero tergiversar. Porque digan lo que digan, la mayoría de gente que vamos al Primavera lo hacemos para bailar. Ni norias (de antaño), ni revoluciones en ningún sentido.
Fenómeno fan mucho, pero como siempre, lo mejor del festival ocurrió de madrugada. Caribou nos hizo bailar y con personalidad, como la voz seductora de Damien Rice conquistó corazones. Y lo siento, al Primavera uno no va cansado. El frappe ayuda en estos calores y uno se decepciona con las caras largas de The Strokes y The Black Keys.
La solidez de Interpol y, volviendo al estallido estacional, la carta africana de The Ambasadeurs hicieron que viviésemos en un mundo aparte durante unos días. Y vuelvo al mundo fruta total (esos nísperos escondidos en el bolso), que sí, que Markey Makey me alegró cada tarde… con esos plátanos haciendo de teclado en el Pianodando de Blisstopic. Artistas míticos, creaciones ingeniosas y mucho Snapchat e Instagram. Porqué estar en el Primavera no tiene parangón, ni en las playas de Honolulu. “What’s Mine Is Yours”, que cantó Patti.
Fotos: Agnes Deer