Las mujeres con más estilo del planeta tienen algo en común: no tienen miedo de arriesgar en sus looks. Y ese ‘riesgo’ suele encontrarse en los detalles de un buen estilismo, como unos maxi pendientes extravagantes, un bolso multicolor o con distintas texturas, unas gafas de sol con la forma más original o, por supuesto, unos zapatos maravillosos. Y los zapatos del invierno por excelencia no son otros que las botas y botines.
Pero por supuesto, todos estos súper looks tienen truco. Se trata, si nos fijamos bien, de un riesgo meticulosamente calculado, pues debe existir un equilibrio al observar el look completo. Algunas optan por combinarlas con looks compuestos totalmente por prendas del mismo color; otras por una gama cromática neutra formada por blancos, tonos tierra o negros, y otras, por prendas únicas como vestidos o monos. Así, cuando añadimos el ‘toque de gracia’ siempre queda genial.
Para conseguir ese ‘algo más’, los zapatos dan muchísimo juego a la hora de crear estilismos y son el complemento perfecto para añadir, por ejemplo, un toque de color que transforme por completo el outfit. Por eso, cuando llega el verano, solemos optar por sandalias de colores de todos los tipos y, ahora que las temperaturas bajan, podemos contar con las botas y botines. No importa si hablamos de botas planas o de botines con tacón, el requisito indispensable para alegrar cualquier look es que sean de un color diferente y que llame la atención.
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Las botas en color negro son un básico, pero a veces queremos crear estilismos diferentes y descansar un poco de los complementos básicos. Para ello, los colores como el verde, azul, naranja y el rosa son ideales si sabemos cómo llevarlos. Por ejemplo, unas botas de estilo militar con cordones en color rosa son capaces de elevar un sencillo look con un vestido negro que todas tenemos de fondo de armario.
Además, las más discretas también pueden sumarse a esta fórmula de estilo. Otros tonos como el verde militar, el granate o el azul oscuro se prestan a miles de combinaciones aptas incluso para una jornada laboral o una reunión familiar. Sin dejar de ser modelos originales y que aportan color al look, al ser más oscuros son facilísimos de combinar con prendas de invierno como jerseys, faldas largas o jeans de todo tipo.
Otra apuesta es convertir en neutro un color que no lo es. El verde botella o el rojo son perfectos para ello. El truco está en combinarlos exactamente igual que si fueran en color negro o marrón, con prendas estampadas funciona genial. Es muy sencillo pero notarás la diferencia en seguida.
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Si necesitas más pruebas de que el calzado de colores no es solo para el verano, estos modelos de botas de colores, en tono tierra y en dorado, son ideales para las temperaturas más bajas y los climas más invernales. Combinan genial con looks en color blanco o con prendas de tejidos de invierno como la pana, el punto o el terciopelo. Llueva o nieve, ponle un toque de color a los días grises con el calzado más especial. ¡Arriésgate!
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