Ya vuelven las temperaturas bajas, nieve, lluvias… con esta introducción seguro que notarás que no soy muy fan del invierno, ¿verdad? Por suerte cada vez el invierno y yo nos llevamos mejor. Soy muy friolera, lo admito. Por ese motivo, busco las prendas y calzado idóneos para pasar la temporada, sobre todo en días de bajas temperaturas, lluvias o nieve. De todas las opciones meteorológicas, la lluvia y la nieve son las que llevo peor. Mi definición para estos días: pies caladísimos y ropa empapada.
Por suerte hay un zapato que está destinado a convertirse en mi favorito los días de lluvia y nieve: las botas de agua o katiuskas. En gran parte porque son muy prácticas y funcionales y tan pronto como las pruebes, verás por qué lo digo. Volverás a tu infancia, a saltar por los charcos o, como mínimo, a dejar de mirar el suelo para evitarlos. Seguro que descubres que son más que un elemento imprescindible cuando llueve, también son un zapato que puedes usar los días soleados.
Las botas de agua se han reinventado durante los últimos años. Cada vez quedan más atrás los modelos para granjeros y damos paso a modelos más cómodos, atemporales y versátiles. Modelos con tacón, hasta las rodillas o con estampados como el leopardo, como las que os enseño hoy. Mis botas son de estilo Chelsea, de Deichmann, bajas e ideales para captar un poco de atención del outfit.
Gracias a su gran versatilidad te permiten combinarlas tanto como unos jeans como con un vestido. Ésta última es la opción que he elegido yo, aprovechando la tendencia de total denim. Una tendencia que, como las botas de agua, es muy atemporal y está llegando con fuerza esta temporada. Repleto de posibilidades, es un estilismo sobre el que no podrás dejar de pensar. Son prendas sencillas, cómodas y fáciles de combinar.
¿Ya estás anotando en tu carta a los Reyes Magos unas botas de agua y prendas denim?