El arranque del mes de octubre suele ser un tanto frustrante para todos aquellos que amamos intensamente la temporada veraniega. Bajan las temperaturas, el sol se apaga de forma gradualmente y decimos adiós de forma definitiva a la playa. Afortunadamente no todo son malas noticias: justo hace unos pocos días se dio el pistoletazo de salida al Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, sin lugar a dudas uno de los más conocidos de todo nuestro país. En él se suelen aglutinar año tras año las mejores producciones tanto nacionales como internacionales relativas al ámbito del terror, el cine fantástico y la ciencia ficción en general.
Guiado por la curiosidad no pude evitar dejarme caer por una gala de inauguración que centró la atención de muchos medios el pasado viernes en el imponente Hotel Melià de la famosa localidad costera de Cataluña. Fue llegar y divisar una enorme alfombra roja por la que desfilaron algunas de las figuras que lideraron la gestación de “Inside”, remake de la francesa À l’intérieur’ que iba a servir como perfecto entremés de todas aquellas “delicatessens” que íbamos a poder degustar entre el 7 y el 16 de octubre en salas como El Retiro, El Prado o en L’Auditori.
Una vez ya bien ubicados en la sala de L’Auditori dentro del conocido hotel, las luces se apagaron y tanto el director del festival (Angel Sala) como un par de presentadores nos introdujeron de lleno en lo que se iba a proyectar en las próximas jornadas. No os voy a engañar: el festival de Sitges no está hecho para vientres sensibles. Los productos exhibidos suelen ser de digestión difícil tanto por una explicitud extrema, como también por contar con guiones de lo más abstractos e imprevisibles. Aún y así siempre hay momentos de lo más emotivos en sus galas. Ese fue el caso por ejemplo del premio de honor que se le brindó “in situ” en la misma gala de inauguración a Max Von Sydow, mítico actor que apareció en su momento en inolvidables películas como “El Exorcista”, “El Séptimo Sello” o “Juego de Tronos”. Y también se nos cayó la lagrimilla (de forma totalmente inevitable) al ver que el festival había producido un pequeño vídeo en forma de homenaje a buenos actores que nos habían dejado en el actual 2016. Pasarán los años y aún se nos hará difícil asimilar la perdida de David Bowie. Vaya genio que era el señor Ziggy Stardust.
Posteriormente ya vino lo previsible: presentación de “Inside” protagonizada por el equipo de la película, y proyección de un film que ni mucho menos iba a apasionar al exigente público catalán. Pero eso no importaba: el festival de Sitges acababa de arrancar. No se preocupen: lo que más importaba no era su aperitivo, sino los entrecots que iban a acabar sirviéndose a continuación. Porque carne, lo que es carne, hay de la buena en festivales de este estilo.
Fotos: Pablo Porcar